En tu vida laboral, vas a encontrarte a menudo con situaciones importantes que requieren tomar una decisión difícil, elegir un camino y descartar otros. A veces, el éxito profesional puede depender de acertar o no con el camino elegido. Por ello, vamos a darte unos tips sobre cómo tomar decisiones.
Momentos clave antes de tomar una decisión difícil
1 Identifica el problema o la situación de incertidumbre
Para poder poner solución a tu incertidumbre es fundamental reconocer y definir muy bien cuál es el problema, así como su origen y el tiempo del que dispones para resolverlo. Una vez que tengas claros estos aspectos, te podrás poner manos a la obra en su solución.
2 Piensa posibles soluciones para la decisión difícil
Para poder encontrar la solución más adecuada, debes recopilar todas las opciones a las que puedes recurrir. El objetivo es intentar sacar varias alternativas para no cerrarte a una única opción.
Entre 2 y 4 opciones puedes encontrar un abanico óptimo que te permitirá posteriormente analizar con detalle cada una de las alternativas.
3 Analiza y valora cada alternativa
Una vez que has establecido los distintos caminos que puedes tomar, necesitas analizar y valorar cada uno de ellos para conocer sus pros y sus contras. En este punto, es muy importante que anticipes lo que puede ocurrir en un futuro, y así ver qué efectos puede acarrear cada opción.
No somos videntes y, por tanto, adivinar el futuro es algo que no está en nuestra mano. Sin embargo, puedes estimar las consecuencias que te podrías encontrar con cada posible decisión. Te ayudará a no decidir a ciegas y a hacerte una idea de dónde puedes encontrarte en el futuro si tomas una decisión en concreto.
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Llegó la hora de tomar la decisión
1 La elección final
Tras haber analizado y desgranado cada opción, llega el momento de elegir tu decisión final, ¡y debe ser la adecuada! La mejor manera es ir descartando las opciones que más se alejan del objetivo de la empresa, hasta que finalmente te quedes con una única opción: la que se convertirá en tu decisión final.
Vuelve a hacer el ejercicio mental de situarte en el futuro con la decisión que vas a tomar: así te aseguras de que realmente es la que más se acerca a tu objetivo.
2 Implanta la solución
Una vez elegida tu decisión final, debes informar a todos los implicados en ella. Necesitas informarles de lo que esperas de ellos: qué recursos vais a utilizar, qué planes de acción tienen que llevar a cabo y cuáles son los objetivos que perseguís.
Es vital conseguir hacer partícipe del proyecto a cada departamento, o cada miembro de la empresa, que resulta necesario para llevar a cabo tu solución.
3 Analiza los resultados
En la última fase para poder completar el objetivo debes analizar con detalle los resultados que has obtenido tras implantar la solución:
- Lo primero es establecer un periodo de tiempo prudencial para iniciar las mediciones. Este tiempo tiene que permitir dos cosas muy importantes: que haya pasado tiempo suficiente para que se reflejen los resultados y se puedan analizar, y que haya tiempo para corregir y plantear opciones si los resultados no son los esperados.
- El segundo factor importante en este análisis es concretar el método de medición que vas a utilizar. Dependiendo de tus objetivos, serán ratios numéricos o cualitativos.
Sin embargo, reduciéndote a la situación de partida: “Tengo un problema y tengo que solucionarlo” y siendo práctico, el mejor análisis será comprobar si el problema al que te enfrentabas lo sigues teniendo o lo has solucionado.
- Finalmente, tienes que decidir si el camino que has tomado es el adecuado o no. ¡OJO, No todo vale para solucionar el problema que teníamos anteriormente!:
También debes asegurarte de que las acciones que has implantado no han desencadenado otros inconvenientes para la empresa, principalmente si son de mayor importancia.
En todo momento debes estar preparado/a para cambiar de opinión o tomar otro camino si algo sale mal. ¡Nunca es tarde para corregir, siempre que tengas claro el procedimiento y tus objetivos!
Resumiendo, cuando te enfrentas a una decisión importante, existe la posibilidad de acertar o equivocarse, pero si sigues estos consejos aumentarás exponencialmente las opciones de éxito:
- Define tu problema y tomate tiempo para afrontarlo, ¡no tengas prisa!
- Sigue paso a paso cada una de las fases que componen la toma de decisiones.
- Realiza un seguimiento de los resultados obtenidos.
- ¡No existe una verdad absoluta! Tenemos que ser capaces de rectificar si observamos que no hemos conseguido lo que pretendíamos.