Ya hemos comentado en varias ocasiones que la Negociación no deja de ser el mecanismo que el ser humano ha desarrollado para solventar los conflictos que surgen en las relaciones humanas, es por ello por lo que estamos negociando constantemente en los más diversos ámbitos (familiar, social, profesional, …).

Esto nos ofrece la oportunidad que tenemos diariamente de mejorar nuestras habilidades como negociadores.

Para conseguirlo basta con respondernos de la forma más objetiva posible a algunas preguntas tales como:

  • ¿Qué objetivos he alcanzado?
  • ¿Qué beneficios he conseguido para mí?
  • ¿Y para mi interlocutor?
  • ¿Cómo hemos conseguido ampliar el pastel?
  • ¿Qué opciones creativas hemos desarrollado?
  • ¿Qué cesiones he realizado?
  • ¿Qué contrapartidas he obtenido?
  • ¿Qué más podría haber logrado?
  • ¿Qué información he obtenido durante la negociación?
  • ¿Qué deberé tener en cuenta para futuras negociaciones?
  • Y la más relevante: ¿Qué haría de forma diferente si tuviera que repetir la negociación?

Analizando las respuestas que nos vayamos dando podemos detectar qué puntos de mejora tenemos, y actuar en consecuencia en las siguientes oportunidades que tengamos de negociar, que no será dentro de mucho tiempo.